martes, 17 de julio de 2012

Álex, box


Dani Rivera | Finales de los años ochenta. Una estrella emergía en el motociclismo español, Álex Crivillé comenzaba a encontrar su sitio resguardado en la categoría de menos cilindrada del motociclismo, los 80 centímetros cúbicos. Amparado por Derbi y a la sombra de dos de los máximos exponentes de las dos ruedas en España, 'Champi' Herreros y Joge Martínez 'Aspar' -que además eran los jefes de fila-, daba el salto al Mundial tras un breve pero fructífero paso por el Europeo. Aquella temporada, la de 1988, estuvo marcada por un incidente que terminó cambiando para siempre la historia del piloto de Seva y, muy probablemente, también la de las 'Balas Rojas'. 

Diecisiete de julio de 1988, verano seco en Yugoslavia. Rijeka era el escenario de la décima prueba del calendario. Crivillé rebasaba a 'Champi', con el que además pugnaba por el subcampeonato, y se marchó a por Aspar, que comandaba la carrera. Trató de adelantarle pero el valenciano apretó los dientes y aguantó. Aquello puso muy nervioso a todo el box de Derbi y crispó a Santi Rabasa, jefe de la marca en 125 c.c. y hermano de Andreu, que se encargaba del equipo de 80 c.c.

Desde el muro trataron de alentar a Álex para que frenase, para que aminorara la marcha, pero el piloto catalán hizo caso omiso a las señas. El siguiente paso fue obligar al hermano de Crivillé, Josep, que se encargaba de la pizarra, a sacar el ya famoso 'Álex box' con el que el equipo quiso que se retirara de la carrera. 

"Yo saqué la pizarra una vuelta porque me obligaron" diría tiempo después Josep, el hermano mayor, a El Mundo "Pensé que Álex sabía que no debía hacer caso. A la segunda vuelta les tiré la pizarra y les dije: 'Sacadla vosotros si queréis'."

El joven Crivillé no comprendió las instrucciones al ver la pizarra la primera ocasión pero, tras pasar por segunda vez, entendió que Derbi prefería que sus dos jefes de fila, 'Champi' y 'Aspar', fuesen campeón y subcampeón respectivamente.

"No me dio la gana parar" confesaría Álex. Sabía lo que le esperaba al bajarse de la moto, y así fue. Ese espíritu de rebeldía de quien apenas había tenido que sufrir los rigores del último aliento de la España franquista le terminaría costando un enfrentamiento con los hermanos Rabasa. 

Crivillé terminaría en tercera posición, por detrás de 'Aspar' y Oettl, aquel gran premio que significó la no continuidad con Derbi al año siguiente al no sentirse lo suficientemente valorado. En el podio ya se pudo comprobar que algo no marchaba bien al ver la cara del piloto de Seva. Álex terminaría firmando con JJ Cobas, marca con la cual lograría el campeonato del mundo de 80 c.c. al año siguiente. 


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